miércoles, 26 de septiembre de 2012

Relato: "Un jardín, un secreto"


Cuando alguna de sus amistades mencionaba lo inapropiada que resultaba la presencia de un gnomo de escayola en un jardín tan maravilloso, Jaime sonreía y gesticulaba admitiendo que quizás no fuera del todo estético, pero que en cualquier caso ahí se quedaba, y enseguida animaba a sus invitados a admirar las plantas acuáticas que con la belleza de una alfombra oriental tapizaban el estanque que refrescaba su pequeño vergel. A poca distancia del agua, bajo la acogedora bóveda de un sauce, había colocado algunas sillas y una recia mesa de madera. Un rincón desde el que acompañar el declive de la tarde charlando y tomando limonada.
Por lo general, a lo largo de esas apacibles veladas nadie volvía a acordarse de la pequeña estatua, aunque en cierta ocasión todo pudo haber acabado. Fue cuando aquel niño, plantado frente a sus padres, afirmó excitado que había visto moverse al gnomo. Afortunadamente, Jaime supo replicarle con rapidez, “¡Toma, pues claro!, ¿quién crees tú que cuida el jardín?”, y ante aquella ocurrencia la risa de los adultos se desató y nadie, bajo el sauce, reparó en la mirada con la que Jaime y el niño sellaron su secreto.

Autor: Augusto Serrano.

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